Historia 2 de fantasmas, muertos y pocos creyentes, contadas como si fueran mías.

Riobamba en el centro de mi país, las pesadillas y los sueños extraños han formado parte de mi vida al punto en el que cuando no los tengo me asusto (Risas). Al principio solo eran sensaciones de no estar sola, luego olores que llegaban y se esfumaban con la misma rapidez y sin explicación alguna, luego sonidos, supongo eso seria lo mas escalofriante hasta ese momento.

Este tipo de historias no las puedes ir contando a todo el mundo a menos de que quieras ser tachada como “Loca”; Lo había soñado era un niño de 5 o 6 años que era castigado por su madre con golpes y encierros en armarios, las pesadillas sucedían pasadas las 2 am, su presencia mas que temor me daba tristeza, yo podía convivir con su “existencia” me movía las cosas, se reía, corría y me rosaba y mi piel se estremecía.

Hubo un día, una tarde en la que yo me hallaba en la cocina, de pronto un vaso de cristal cayo al piso pensé por un segundo que era obra de mi hermano menor pero recordé que me encontraba sola en esa casa, ya me habían dicho parasicólogos  curas que debía hablarle y explicarle que el no estaba vivo, que debía continuar su camino, yo tenia paico a que me respondiera.

No se cuando empezó, pero de pronto en la madrugada el solo llegaba a mi cama se recostabas en los pies y se dormía, se sentía el peso, se hundía el espacio, y al amanecer ya no lo encontraba. Miles de pijamadas organizadas implicaron miles de amigas que sin conocer la historia lo sentían y se quedaban en su mayoría paralizadas yo solo decía tranquila no es nada y el desaparecía pero nadie lograba conciliar el sueño después.

A mi no me incomodo para nada la experiencia hasta ese día que mi hermano pequeño me dijo: un niño juega con mis juguetes, hay alguien aquí que esconde las cosas yo lo veo esta en la sala sentado. Yo puedo manejar lo que quieran sobre situaciones de este tipo pero mi hermanito no tenia por que hacerlo.

Una tarde se escuchaba arrastrar muebles en la sala mi madre pensó que era yo y yo pensé que era ella fuimos de diferentes caminos hacia el lugar y ahí lo  vi por primera vez lo vi, corrió rosando con su manito la cortina la cual se movió y se perdió en un rincón de la habitación, entenderán la reacción de mi madre y la mía.

Su presencia, sus olores, sus risas y sus llantos, ese sentimiento de tristeza que me causaba y las travesuras que hacia fueron cada vez mas frecuentes. “Armada”  (nótese las comillas) de valor decidí hablar con el. Sola en la casa lo sentí, se reía, como llamándome a subir y jugar con el en su espacio favorito: Las escaleras… lo seguí no lo veía pero lo sentía, le dije: Debes irte, no perteneces a esta familia, no perteneces a nosotros, a este mundo, continúa tu camino por que aquí ya no puedes estar.

Tan sencillo como eso, aquella madrugada no se si fue un sueño o fue real o solo producto de mi cerebro que pensó tanto en el… su mano, no su mano fantasma, no la sensación si no su mano!! Su manito pequeña y fría me rozó el rostro como una despedida.